viernes, 1 de mayo de 2020

Desde mi cuarentena: Todo tiene un propósito

Por Johanna Rivera de Idrovo
Publicado en facebook el 1 de mayo de 2020

“Después, Jesús le dijo a Pedro: —Pedro, escucha bien. Satanás ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes, y Dios se lo ha dado. Pero yo he pedido a Dios que te ayude, para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás. Cuando eso pase, ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mí.” (‭‭Lucas‬ ‭22:31-32‬ ‭TLA‬‬)

Jesús le anuncia a Pedro que Satanás lo había pedido para poner a prueba su fe, sus convicciones y todo lo que él había aprendido con su Maestro. Algo notable aquí es que Satanás no puede tocarnos, a menos que se le haya permitido, si le es permitido, es por un propósito. Eso quiere decir que cuando vivimos situaciones difíciles de entender, hay algo que Dios quiere tratar con nosotros.

Con nuestro Dios, nada es casualidad, todo obra para bien, lo difícil aquí es verlo así, ya que en nuestro proceso vemos al hombre tocarnos, arrebatarnos, someternos, y aunque pareciera así, no es así. Pedro debía ser moldeado en áreas de su carácter para poder cumplir los propósitos de Dios. Muchos queremos cumplir los propósitos de Dios, lo que nadie quiere es cumplir con el proceso, ya que ser procesados es difícil, pero ese proceso doloroso nos llevará a sacar lo mejor de nosotros.

Pedro iba a negar a Jesús, él decía que jamás lo iba hacer, que si era necesario iba a morir por Él. Muchos hemos sido románticos como Pedro y le hemos dicho "Señor te daré todo, lo mío es tuyo" y cuando toca cumplirlo ahí viene el dolor y la negación.

Pedro, en ese momento iba a ir con Jesús "hasta la muerte" pero cuando le tocó enfrentar la realidad, se dio cuenta que no podía cumplir lo que había dicho emocionalmente, pues cuando lo dijo, no entendió la profundidad de esas palabras. Así también nosotros; muchas veces somos emocionales y no entendemos lo que le ofrecemos con nuestra boca a Dios.

Dios nos quiere preparar para ser atalayas defensores, con convicciones de Su Palabra, y nuestra fe va a ser puesta a prueba, para saber dónde estamos y hacia dónde deseamos llegar.

Pedro después de la negación no volvió a ser el mismo. Después de la prueba, tú y yo no podemos salir iguales, debe haber un cambio. Estamos encerrados durante esta cuarentena, y esto es una prueba en todo sentido, tanto de nuestra fe como de nuestras convicciones, donde se ve realmente quiénes son hijos de Dios, que en medio de todo siguen confiando .... y quienes no.

Si salimos iguales, quiere decir que no aprendimos nada y eso nos llevará a una muerte, es lo que le pasó a Judas, él no aprendió de Jesús, no le conoció en realidad, y eso que caminó con Él. Por eso se  suicidó. Si judas se hubiera arrepentido hubiera recibido perdón y experimentado el amor y la misericordia del Señor. Cuán importante es saber pasar por la dificultad, cuán importante es tener un espíritu enseñable, sensible a la voz de Dios.

Después de este suceso, y del siguiente encuentro con Jesús, Pedro ocupó el lugar que debía tener y se levantó lleno de la presencia de Dios, que defendió hasta la muerte lo que su Maestro le enseñó.

¿Cómo estamos nosotros en estos días?, Jesús nos está hablando, nos está llamando a Su taller, Él quiere que tú yo le entreguemos algo. No dudemos en dárselo, soltemos lo que nos pesa, soltemos lo que nos impide correr hacia Su llamado, no permitas que ese peso te ahogue y mueras. ¿Hemos recorrido tanto para perdernos a punto de llegar?

Después de la negación, me impacta la conversación de Pedro con Jesús. Él le dice "Pedro, ¿me amas?". Esto perfora mi corazón. Si amamos al Maestro, vamos a seguir adelante cumpliendo Su propósito para nosotros. Jesús nos dice hoy también ... "¿me amas?"

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