Señor, Dios, mi Amado Padre Celestial, Salvador y Rey, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar un año me acerco con sinceridad para darte gracias por todo aquello que recibí de Ti. Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por todo cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en año pasado, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, la hermosa familia que me has dado: mi amada esposa y mis 3 hijos, las amistades nuevas y antiguas, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también Señor, hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por los recursos mal gastados, por la palabra inútil y las fuerzas desperdiciadas. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, perdón por vivir sin entusiasmo. Perdón por lo que sé que pude hacer y argumenté para no hacerlo, perdón por las críticas y murmuraciones que decidí soltar, aún sabiendo que no edificaban a nadie. Perdón Señor por servirte en la proporción que te he servido, pues reconozco que pude haberlo hecho aún mejor, y sé que dependía de mi. Perdón porque mis prioridades me delataron muchas veces, dando a entender que en ocasiones tú eras el segundo en mi vida, aún cuando decía que Tú eras el primero.
Te ofrezco cuanto hice en año pasado, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, la hermosa familia que me has dado: mi amada esposa y mis 3 hijos, las amistades nuevas y antiguas, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también Señor, hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por los recursos mal gastados, por la palabra inútil y las fuerzas desperdiciadas. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, perdón por vivir sin entusiasmo. Perdón por lo que sé que pude hacer y argumenté para no hacerlo, perdón por las críticas y murmuraciones que decidí soltar, aún sabiendo que no edificaban a nadie. Perdón Señor por servirte en la proporción que te he servido, pues reconozco que pude haberlo hecho aún mejor, y sé que dependía de mi. Perdón porque mis prioridades me delataron muchas veces, dando a entender que en ocasiones tú eras el segundo en mi vida, aún cuando decía que Tú eras el primero.
Perdón Señor, cuando como esposo o padre esperaban que obre adecuadamente y no lo hice, perdón por las lágrimas que yo he causado y por mis responsabilidades cumplidas a medias. Perdón porque aún soy hijo, y sé que mis palabras o mi silencio, en algún momento de este año, dañaron el corazón de mis padres. También te pido perdón porque descuidé buscarte en Tu Palabra como Tú esperabas y por la oración que en ocasiones debió haber salido de mis labios hacia Ti, y no hice. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
Al iniciar un nuevo año detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo Tú sabes si llegaré a vivirlos. Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría, la salud y la prosperidad.
Al iniciar un nuevo año detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo Tú sabes si llegaré a vivirlos. Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría, la salud y la prosperidad.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz. Cierra mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. Cólmame de bondad y de alegría para que los que conviven conmigo o se acerquen a mí, encuentren en mi vida un poquito de Ti. Renueva mi deseo de Ti, y que en este nuevo año pueda buscarte aún más de lo que te busqué en este año que termina.
Amado Padre Celestial, danos un año feliz y también enséñanos a repartir felicidad y que cada nuevo día, entendamos que junto con él hay una nueva oportunidad, todo esto te lo pido en el dulce nombre de Jesús ....
Amén.
( Tomado de la internet y adaptado por mi )
Muy lindas palabras mi amor y muy sinceras y me un a ellas ;)
ResponderEliminarAtte,
Tu esposa